En nuestra nota de hace unos meses atrás, Jardines Pequeños Sin Pasto, entregamos una perspectiva respecto de cómo tener un jardín circunscrito al tamaño del patio, o una parte de él. El reemplazo de pasto tiene múltiples oportunidades. Nosotros en aquella ocasión sugerimos cuarzo blanco y negro, unas jardineras laterales y un par de árboles par obtener un jardín sin césped.
Destacamos en la oportunidad que el dueño del jardín intervenido, pasó de cortar el pasto cada semana a preocuparse de las podas según corresponda, con el consiguiente ahorro del recurso hídrico. Desde otra perspectiva, la obligación en el corte del césped una vez por semana, también se puede tomar como un tipo de terapia u oportunidad de relajarse; sin embargo, sea un desagrado o no, el pasto requiere de un mínimo de agua. Un riego eficiente también considera la penetración del agua en el suelo y la hora en que se hace. Todo eso debe coincidir.
La cuestión del riego
El césped requiere de un mínimo recomendado de agua por metro cuadrado. Dependiendo del tipo de suelo y de si este es más o menos poroso, la cantidad de agua varía entre 6 a 10 litros. Si tienes 10 metros cuadrados, son al menos unos 80 litros de agua al día o 2400 litros al mes. A la hora de pagar el consumo de agua por el hecho de regar el pasto, esto no es menor. Es cierto, hay soluciones ingeniosas, de las cuales hablaremos en otra oportunidad.
Espacios pequeños tienen el mismo desafío que los grandes, desde la óptica del paisajismo. Una coordinación con quienes habitarán el jardín resuelve problemas generados con la expectativa de cómo se verá el entorno y permite abordar otros aspectos, por ejemplo, el tipo de nutriente que será necesario utilizar.
Un espacio pequeño bien diseñado considera la multidimensionalidad de lo visual respecto del alto, ancho, la profundidad y como siempre, el clima.
Algunos consejos útiles para un jardín sin césped
1.- Una opción es elegir plantas resistentes y de bajo mantenimiento en el recurso hídrico, por ejemplo, plantas nativas. Las suculentas también son muy elegibles pues evolutivamente se especializan en almacenar agua.
2.- Considerar el uso de grava, piedras decorativas.
3.- Crear senderos y áreas de descanso: el diseño de caminos internos con zonas para sentarse en base a ladrillos o madera.
4.- Incorporar elementos decorativos como fuentes, esculturas, macetas grandes o jardineras elevadas.
Los tips o consejos son varios y no se agotan, por ejemplo, para las paredes o en los muros de deslinde; también con la elección de enredaderas hay suficiente variedad: lavanda, jazmín o madreselva, que además perfuman el espacio.
En resumen, podemos comprender la realización de un jardín interno, similar a la composición de un poema, con sus distintas metáforas. No hay límites en crear un jardín sin césped y hoy en día tal vez la consideración más presente, guarda relación con el consumo de agua.
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